Ayer disfrutamos de la quinta jornada de convivencia tras la primera organizada en 2014. Esta actividad, que sin duda se ha asentado entre nosotros, hace que el colegio crezca como comunidad. No en vado, un centro educativo es una comunidad educativa. En nuestro caso, la comunidad está rebosante de vitalidad y unión, tal y como nos volvimos a demostrar ayer.

La paella, con 250-260 comensales... De nuevo, nuestra querídima Antonia Pasadas volvió a demostrar sus dotes y su generosidad, ayudada con las serviciales Salu, Eugenia, Marimerce, Mayte Ortega y Noemí. Muchísimas gracias a todas ellas por su tiempo y desinterés.

Los juegos, con la participación de una gran parte del pueblo... La zumba, dirigida con maestría y cariño por Aurora (la teníamos "en casa" y no lo sabíamos); el divertido castillo hinchable; las competiciones deportivas; los tradicionales juegos de mesa; la nueva actividad de las botas; el exclusivo tiro con arco; los partidos de voley con los focos; la barra organizada por algunas madres para el viaje de estudios; la última foto en la medianoche... Actividades, en definitiva, en las que unos u otros difrutamos. 

Enhorabuena a toda la comunidad por la jornada y muchas gracias por la participación. Hemos de seguir así: sentido común, cariño y muchas dosis de voluntad.