Este año hemos celebrado el Carnaval de una forma atípica.
Acostumbrados al tradicional pasacalles y posterior chocolatada, la semana pasada viramos la actividad hacia "La Patarrona", una señora o brujita de cinco piernas que cada mañana, con unas sonoras rimas, nos iba diciendo qué nos debíamos poner al día siguiente: el lunes, unos calcetines coloridos; el martes, corbatas o pajaritas; el miércoles, un adorno en el pelo; el jueves, un sombrero o un pañuelo; y el viernes, para terminar, un disfraz sencillo. Así, con esta sencilla actividad, pudimos hacer compatible la siempre simpática fiesta del Carnaval y el COVID que nos sigue ofreciendo sinsabores.
Si el año que viene nos volvemos a ver por las calles con el disfraz, será una gran noticia...
Desde uno de los vértices del suroeste de la provincia giennense y a través de esta ventana digital, te queremos mostrar lo que todos -profesorado, alumnado y familias- intentamos ser: "gente guapa y trabajadora".
Nuestro trabajo es humilde, diario, en equipo, sin aspavientos ni galerías, con el único pero gran estímulo de que nuestros niños y niñas sean grandes en lo académico y en lo personal. Contamos para ello con el buen hacer y el buen sentir de la gente del pueblo.
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